Durante el primer semestre, el Laboratorio de Piscicultura y Patología Acuática llevó a término un hito del laboratorio y de la Universidad: la reproducción y control del ciclo completo de truchas arcoíris, dando origen a desoves y alevines made in UdeC. Este logro abre un abanico de posibilidades para la práctica de la docencia de pre y postgrado, y para iniciativas de I+D+i y colaboraciones inter-facultades.

Para conocer más detalles acerca del proceso y sus orígenes, conversamos con el académico del Departamento de Oceanografía y director del Laboratorio de Piscicultura y Patología Acuática (LPPA), Dr. Ariel Valenzuela Saldías, quien nos habló de la importancia y proyecciones de este logro en la facultad.

¿Cómo se obtuvieron los alevines? ¿Cuántos son y de que especie?

Contamos con aproximadamente 500 alevines de truchas arcoíris (Oncorhynchus mykiss) ya en primera alimentación. Estos fueron obtenidos de peces dejados especialmente para reproducción en las instalaciones de nuestro laboratorio. En años anteriores habíamos obtenido desoves, pero las ovas no sobrevivieron, debido a que las condiciones de ese entonces no eran las ideales. Actualmente, el laboratorio cuenta con un moderno sistema de recirculación de agua, con control de temperatura y una óptima capacidad para desinfectar el agua.  A fines de 2020 y en pleno periodo de cuarentenas, los peces comenzaron a mostrar signos de maduración sexual, por lo que tomamos la decisión de preparar las instalaciones para un eventual desove y realizar la fecundación de las ovas. Fue exitoso, ya que fuimos capaces de sortear bien los distintos puntos críticos del proceso como, por ejemplo, la eclosión y la primera alimentación.

¿Los reproductores desde los cuales se obtuvieron estos alevines fueron especies aclimatadas al cautiverio en el LPPA? ¿Desde hace cuánto?

Los alevines que tenemos hoy se obtuvieron de peces que fueron criados desde los 50 gr en laboratorio y provenientes de un centro de cultivo. Estos peces originalmente eran parte tanto de los proyectos FONDEF y asistencia técnica a empresas que se llevan a cabo en las instalaciones, estamos hablando de peces que llegaron el año 2019.

¿Por qué es importante este hito para el laboratorio y para la Facultad?

Según mis recuerdos, no habíamos tenido hasta ahora el manejo del ciclo de vida completo de peces, o específicamente de truchas, en la facultad o en la Universidad.  Como exalumno de Biología Marina, en la facultad nunca tuvimos la oportunidad de contar ni con la infraestructura ni con las condiciones para realizar este “aprender-haciendo” en cuanto al manejo reproductivo de peces.  El control del proceso completo es bastante distinto a mantener peces en acuarios como lo hacíamos en Dichato o en el laboratorio de Bioensayos. Esto no le quita el mérito ni la relevancia a lo realizado en esos años, sino todo lo contrario: es destacadísimo el esfuerzo, ingenio y perseverancia de profesores y alumnos en esos tiempos para trabajar en condiciones no ideales.  Desde el 2014, y gracias a los proyectos adjudicados, hemos adquirido la infraestructura que nos ha permitido habilitar el LPPA con modernos sistemas de recirculación de agua. Gracias a ello, hemos dado un salto en lo que se refiere al manejo de peces en cautiverio. Esto se traduce en una oportunidad para que los alumnos se integren a las rutinas de trabajo y manejo de peces.  Con este hito en particular podremos ofrecer a nuestros estudiantes el adquirir conocimientos y destrezas para el manejo completo del ciclo de vida de peces, específicamente manejo reproductivo. Asimismo, este hito abre un horizonte de oportunidades para desarrollar I+D+i asociado a esto, lo cual nos permite potenciar el trabajo colaborativo que desarrollamos tanto con otras facultades UdeC como la Facultad de Ciencias Biológicas y la Facultad de Ingeniería Agrícola, entre otras, potenciando también trabajos asociativos con otras universidades.

¿Dentro de que proyecto o investigación se enmarca este logro?

Si bien el origen de los reproductores está asociado a los distintos proyectos tanto FONDEF como CORFO y que son parte de nuestro quehacer habitual, el manejo reproductivo de estos peces no era una actividad asociada a ellos. Esto fue solo motivación del equipo de trabajo que quería cerrar el ciclo biológico en el laboratorio, ya que era algo que siempre estaba en mente, justamente, por la motivación de ofrecer a los alumnos la posibilidad de realizar desoves y las habilidades en el manejo de ovas y alevines de modo más intenso. Adicionalmente, es muy significativo para nuestro laboratorio el hecho de concretar este logro durante 2021, año en el que se cumple el 50 años Aniversario del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción.

¿Quiénes integran el equipo de trabajo responsable de este hito?

El logro de este hito en el laboratorio es gracias a la dedicación y perseverancia de la bióloga marina Niza Agurto, quien ha sido la única autorizada para estar presencialmente en el LPPA durante la pandemia y quien llevó a cabo este proceso. Por lo que el reconocimiento a su labor es indiscutible y muy destacable. Completan este equipo de trabajo: el bioquímico Bernardo Fuentealba, el biólogo marino Juan Vilches y la técnico de laboratorio Katherine Cid.

¿Cuál es la proyección futura de este logro?

El manejo de la reproducción de peces en cautiverio nos permitirá estandarizar las técnicas para la obtención de ovas y alevines desde nuestros reproductores, lo que tiene relevancia para la formación de pregrado, fundamentalmente, porque esperamos implementar seminarios de título de pre y postgrado que permitan generar conocimiento -y no sólo la generación de datos- en este aspecto.   El manejo reproductivo nos permitirá trabajar con reproductores y gametos, evaluar aspectos ambientales que pueden influir en este proceso, gracias a que las actuales instalaciones que nos permiten manejar, por ejemplo, la cantidad de horas luz y la temperatura, entre otros factores.  Además, la colaboración tanto con colegas de nuestra propia universidad como de otras casas de estudio nos permitirá desarrollar y potenciar líneas asociadas a la genética, fisiología reproductiva y bioquímica asociada a aspectos cronobiológicos, entre otras. El poder generar desde nuestros propios gametos, así como alevines nos posiciona mejor para implementar y desarrollar investigación, generando más y mejores oportunidades. Si bien este logro implica el uso de truchas, el entrenamiento de los alumnos e investigadores en el manejo reproductivo permitirá generar profesionales con las competencias tanto para trabajar con salmónidos como con especies endémicas. Esto último, claro, con las modificaciones de manejo correspondientes para cada especie abriendo así la puerta para contribuir con investigación en los aspectos asociados a la conservación y repoblamiento de especies.

Como decía el profesor Rolando Merino Reyes “La Universidad está siempre abierta a los cuatro puntos cardinales de la cultura y el espíritu y solo cerrada para aquellos que se manifiesten reacios al cumplimiento de sus deberes o propugnan un obcecado dogmatismo”, el logro que hemos alcanzado como Laboratorio, como DOCE y como Facultad es una puerta abierta para la colaboración de todos los alumnos e investigadores de nuestra Universidad.