Se trata de una publicación científica en la prestigiosa revista Nature y que contó entre sus 52 autores, con la participación del académico del Departamento de Zoología y curador del Museo de Zoología UdeC, Dr. Juan Carlos Ortiz.
El artículo titulado “A global reptile assessment highlights shared conservation needs of tetrapods” (Una evaluación global de reptiles destaca las necesidades de conservación compartidas de los tetrápodos) es un estudio global con participación y colaboración de destacados investigadores científicos, provenientes de los cinco continentes, con el objetivo de entregar una visión panorámica acerca de la evaluación global y estado de conservación de estas especies. Ver artículo en: https://www.nature.com/articles/s41586-022-04664-7
El estudio señala que las “evaluaciones exhaustivas de los riesgos de extinción de las especies han documentado la crisis de extinción y respaldado las estrategias para reducir esos riesgos. Las evaluaciones globales revelan que, entre los tetrápodos, el 40,7 % de los anfibios, el 25,4 % de los mamíferos y el 13,6 % de las aves están en peligro de extinción. Debido a la falta de evaluaciones globales, los reptiles se han omitido de los análisis de priorización de conservación que abarcan otros tetrápodos. Los reptiles son inusualmente diversos en las regiones áridas, lo que sugiere que pueden tener diferentes necesidades de conservación”.
A través de esta relevante publicación, las y los investigadores/as entregan “una evaluación integral del riesgo de extinción de los reptiles y muestran que al menos 1.829 de 10.196 especies (21,1%) están amenazadas, lo que confirma una extrapolación anterior y representa 15.600 millones de años de diversidad filogenética. Los reptiles están amenazados por los mismos factores principales que amenazan a otros tetrápodos, como la agricultura, la tala, el desarrollo urbano y las especies invasoras, aunque la amenaza que representa el cambio climático sigue siendo incierta”.
Asimismo este paper señala que “los reptiles que habitan en los bosques, donde estas amenazas son más fuertes, están más amenazados que aquellos en hábitats áridos, contrariamente a nuestra predicción. Las aves, los mamíferos y los anfibios son inesperadamente buenos sustitutos para la conservación de los reptiles, aunque los reptiles amenazados con rangos más pequeños tienden a estar aislados de otros tetrápodos amenazados. Aunque algunos reptiles, incluida la mayoría de las especies de cocodrilos y tortugas, requieren medidas urgentes y específicas para evitar extinciones, los esfuerzos para proteger a otros tetrápodos, como la preservación del hábitat y el control del comercio y las especies invasoras, probablemente también beneficiarán a muchos reptiles”.
Esta colaboración internacional surgió como iniciativa de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), entidad que comenzó a realizar talleres en diferentes países del mundo, incluyendo a Chile.
La iniciativa comenzó antes de la pandemia y en ese contexto se logró contar con al participación de destacados investigadores, claves para realizar la categorización del estado de conservación de las especies de reptiles existentes en Chile. “Aquí en el Departamento de Zoología, estuvimos trabajando árduamente durante una semana, aplicando criterios específicos acerca del estado de conservación de cada especies estudiada en Chile. Esta información sirve de complemento al trabajo de categorización de especies que lleva a cabo el Ministerio del Medio Ambiente”, dijo uno de los autores de la publicación, Dr. Juan Carlos Ortiz.
La UICN financió estos estudios en diversos países latinoamericanos, incluido Chile, además en Europa y Asia. En el caso de nuestro país, se detectaron especies en las tres categorías posibles con problemas de conservación: en peligro crítico, en peligro y vulnerable.
“Se empezaron a revisar base de datosy se llegó a la conclusión de que es muy general y que las especies con mayor problema de conservación son las que han perdido su hábitat o una mayor cantidad de hábitat y en el caso más específico, como las tortugas marinas, es un problema de los lugares donde las especies van a desovar. En otro caso,como el del cocodrilo, a pesar de que existe cultivo, la caza furtiva perjudica la conservación de la especie”, señaló el Dr. Juan Carlos Ortiz.
Otro de los aspectos problemáticos detectados se da en las islas, “ya que como son pequeñas, las especies están confinadas y están mucho más propensas a modificaciones. Por ejemplo, cuando desaparece una especie de una isla y esa especie es endémica, desaparece de ese lugar y del planeta, porque se trata de una especie que solo habitaba ese lugar. En cambio, las especies que viven en ambientes terrestres pueden tener una distribución geográfica pequeña, pero aún así pueden desplazarse.
“En el caso de nuestro país también hay un riesgo importante, ya que existen especies que están en peligro. No somos un país mega diverso pero de las especies que tenemos, muchas de ellas son endémicas o solamente se encuentran aquí”, recalcó el Dr. Juan Carlos Ortiz, director del Laboratorio de Conservación y Sistemática de Herpetozoos del Departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción.