La zoonosis o transmisión de enfermedades de animales a humanos ha estado presente en la historia de manera permanente. Sin embargo, la destrucción de los ecosistemas naturales, el cambio en los hábitos de alimentación y los movimientos globales de personas pueden constituir un nuevo riesgo, al que los expertos UdeC llaman a poner atención.

En la historia de la humanidad existen epidemias que han traspasado siglos y generaciones. Está la peste negra, del siglo XIV, o la más reciente influenza (mal llamada “Gripe Española”) de 1918. Lo que tienen en común estas epidemias es el traspaso de una enfermedad desde animales a humanos, concepto conocido como Zoonosis.

Siempre estamos expuestos a virus de origen animal, asegura Joaquín Rojas, presidente del Colegio de Médicos Veterinario de Biobío, quien además es director ejecutivo del Centro Regional de Estudios Avanzados para la Vida de la UdeC. Las enfermedades zoonóticas se producen cuando un virus o bacteria animal tiene la capacidad de infectar a un humano, ya sea por el contacto directo con ese animal o por el consumo de su carne o derivados. En el caso del Covid-19, la causa probable de su expansión sería el consumo de animales salvajes en un mercado en la ciudad de Wuhan, sur de China. Desde allí, ayudado por la proximidad entre personas, y luego por los viajes internacionales, el virus tuvo la capacidad de expandirse por todo el globo. Sus consecuencias todavía son impredecibles y se estima que un 40% de la población mundial se encuentra en algún tipo de cuarentena.

El traspaso de virus de animales a humanos es una fuente constante de preocupación de los sistemas alimentarios. “En ello, la Medicina Veterinaria tiene un rol fundamental; trabajamos por evitar la transmisión de enfermedades a través de perseguir la inocuidad alimentaria, que se produzcan alimentos de buena manera y tener control mediante la vacunación, tanto de animales de compañía como de abasto. Si bien un objetivo es la salud animal, también está el de proteger la salud de toda la población”, señala Rojas.

El consumo de alimentos crudos, el aumento de población y la masificación de los viajes internacionales, son factores que pueden contribuir a expandir enfermedades de este tipo, sobre todo si son contagiosas. El especialista hace este alcance porque también existen enfermedades zoonóticas no contagiosas, como por ejemplo, la parasitosis. La propuesta que se trabaja hace varias décadas es el concepto de “one health”, o una salud: “Se aúna la salud humana, la sanidad de los animales y del ecosistema, para prevenir estos problemas. Si estamos todos bien, deberíamos tener más control”, indica.

Ecosistemas invadidos

Precisamente, la intervención cada vez mayor de los humanos en territorios donde habita la fauna y flora salvaje es un problema que facilita la propagación de enfermedades y además, limita la biodiversidad del planeta. La aparición de un puma por las calles de Providencia y otras comunas de Santiago es una postal indicativa de que convivimos con estas especies y cuando las condiciones urbanas cambian, aparecen como si estuvieran reclamando su espacio arrebatado.

El equilibro se ha roto, los humanos hemos invadido espacios que correspondían a bosque nativo para plantaciones forestales, agrícolas y para vivienda. Alejandra Stehr, académica de la Facultad de Ciencias Ambientales, señala que todos estos fenómenos están relacionados a la aparición de nuevas enfermedades. “El cambio climático y la globalización, hacen que estas enfermedades se transmitan más rápido y fácil. Por ejemplo, si vemos la protesta social, uno de los temas es la calidad del agua, y eso puede generar otras enfermedades en el futuro”.

Por lo mismo, la preocupación de la especialista está en lo que puede pasar después de esta crisis de salud. “Hoy vemos que en muchos países ha mejorado la calidad del aire por el cierre de las industrias. Pero cuando se reactive el planeta habrá una presión económica gigante, muchos países van a dejar de lado la responsabilidad ambiental por privilegiar la economía. Espero que como sociedad tengamos la conciencia de no reactivarnos en desmedro del medio ambiente”.

Enfermedades que traspasan barreras

Los expertos coinciden en que la expansión humana propiciará la aparición de enfermedades zoonóticas, aunque sostienen que estas enfermedades están presentes desde los albores de la humanidad. Desde la creación de las primeras ciudades, existía el riesgo —por ejemplo— de un crecimiento de la población de ratas, con los consiguientes problemas de salud, explica el académico de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, Dr. Enrique Rodríguez.

La forma en que se transmite una enfermedad de animales a humanos no siempre está relacionada con la mutación de un agente infeccioso. Muchas veces, incluso, tiene que ver con nuestra pertenencia a un mismo orden animal. Rodríguez señala que, por ser primates, los humanos somos similares a especies que nos parecen lejanas, como los ratones, conejos o musarañas. “Estamos emparentados evolutivamente y las enfermedades que ellos tienen no son muy distintas a las nuestras, entonces si estamos en contacto las podemos tomar para nuestra especie. Pienso en el caso del SIDA, cuyo origen está en primates del África Ecuatorial y que por distintos ritos se traspasó más de una vez a nuestra especie”.

Ante la posibilidad de crecimiento de este tipo de enfermedades, el especialista hace un llamado a la multidisciplinariedad de la investigación, para que quienes “tengan interés en ecología de vectores, patogenicidad de la enfermedad, sistemas de información geográfica y salud pública, se unan para generar un mapa de predicción de riesgo para una zoonosis”. Su llamado es a unir fuerzas para contar con modelos de predicción que permitan una mayor preparación para un brote, y así ayudar a prevenir mejor a la población.

Artículo original publicado en Noticias UdeC.