Investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas participan de estudio internacional que evalúa la adaptabilidad histórica de mamíferos y aves a cambios climáticos.
Ciertas especies animales como simios, alces, erizos de tierra y conejos, entre otras, tienen especiales habilidades de adaptación al cambio climático. Ésta es una de las conclusiones a que han llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Concepción y de la University of Reading (Reino Unido) tras un estudio que determinó que estas características permitieron la colonización de zonas en altas latitudes aún en épocas de enfriamiento global, gracias a cambios en su metabolismo independientemente de su temperatura corporal.
Los resultados fueron publicados en el artículo “The decoupled nature of basal metabolic rate and body temperature in endotherm evolution” que la prestigiosa revista Nature incorpora en su edición de este miércoles. Los académicos Cristián E. Hernández y Enrique Rodríguez-Serrano (U. de Concepción) y Jorge Avaria-Llautureo y Chris Venditti (U. of Reading), co-autores del artículo, explican que se creía que la tasa metabólica basal de los animales, es decir, la tasa a la cual la energía es usada para mantener el cuerpo en un estado viable, estaba íntimamente ligada con la temperatura corporal de los mismos. Sin embargo, este estudio demuestra que los mamíferos fueron capaces de desacoplar esta relación, lo cual permitió a sus metabolismos evolucionar rápidamente y adaptarse por más de 100 millones de años.
El Dr. Avaria-Llautureo, Biólogo Evolutivo de la University of Reading, graduado del Programa de Doctorado en Sistemática y Biodiversidad de la Universidad de Concepción y autor principal del artículo, plantea que “nuestro estudio cambia el énfasis para entender el origen de la diversidad metabólica de los mamíferos como una respuesta a la tasa a la cual estos organismos pierden calor hacia el ambiente. Los ambientes fríos incrementan la tasa de pérdida de calor de los mamíferos y, para mantener la temperatura corporal constante, esta pérdida es compensada subsecuentemente por un incremento en la tasa metabólica, siempre y cuando existan los recursos suficientes para solventar energéticamente la elevación metabólica”.
En el mismo sentido, el Dr. Vendetti, Biólogo Evolutivo de la University of Reading plantea que: “este estudio desafía el supuesto de teorías ecológicas y evolutivas que establecen una evolución mano a mano del metabolismo basal y la temperatura corporal. Estos rasgos fisiológicos evolucionaron bajo distintas presiones selectivas, causando diferentes rutas de cambio hacia la diversidad actual. Los resultados también nos sirven para comprender las ventajas evolutivas que han llevado a la gran diversidad de gasto energético que presentan los mamíferos”.
Por su parte, el Dr. Hernández, Ecólogo Evolutivo de la Universidad de Concepción y coautor de la publicación, propone: “Los resultados, basados en nuevas maneras de modelar la evolución heterogénea de los linajes, abren nuevas aristas de cómo interpretar o explicar los grandes cambios que sufrió la fauna sudamericana durante los periodos glaciales. La fauna sudamericana debió adaptarse cambiando su metabolismo para enfrentar los extremos periodos de enfriamiento en la Tierra, lo cual complementa la idea de simplemente migrar para no morir”.
La publicación también examina las trayectorias evolutivas del metabolismo en aves y concluye que la tasa metabólica basal y la temperatura corporal están desacopladas en al menos un 36% de las especies, pero el metabolismo aviar no fue afectado por cambios en la temperatura ambiental. “Las diferencias que observamos en las aves son probablemente debidas a que las plumas son más eficientes que el pelaje reteniendo el calor. Las plumas ayudan a generar un ambiente interno aislado y con ello mantener la fisiología más constante que los mamíferos, incluso en ambientes históricamente más fríos”, señala el Dr. Avaria-Llautureo.
Fuente: VRID-UdeC.