El académico del Departamento de Botánica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas (FCNO) de la Universidad de Concepción e investigador principal del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), Dr. Lohengrin Cavieres, ha sido galardonado con el Premio Municipal de Ciencias 2022.

El reconocimiento fue entregado en una solemne ceremonia, realizada en el salón de honor de la I. Municipalidad de Concepción el viernes 21 de octubre, por el alcalde de la ciudad, Álvaro Ortiz.

Este premio se suma a numerosas distinciones que el profesor Cavieres ha recibido durante su carrera académica y científica, como el Premio al Científico Joven más destacado, entregado por la Sociedad de Biología de Chile-BIOS (2003); el Premio a la Trayectoria en Investigación, entregado por la FCNO (2014) y el Reconocimiento a la Trayectoria Científica, otorgado por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo UdeC (2016). Desde el extranjero, también ha sido reconocida la trayectoria de este botánico UdeC, cuando ganó una beca otorgada por el Ministerio de Educación de España y que le significó realizar una estadía de año sabático en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (junio 2010 a mayo 2011); y una invitación de la Universidad de las Islas Baleares, que lo invitó como profesor a realizar una estancia de investigación como “Professor convidat” (mayo 2018).

Ceremonia de entrega de Premios Municipales 2022, realizada en el salón de honor de la I. Municipalidad de Concepción. Crédito: Margarita Marchant.

Conversamos con el Dr. Lohengrin Cavieres para conocer más acerca de su sentir tras recibir este importante reconocimiento de la ciudad de Concepción.

-¿Qué significa para usted recibir este galardón?

Significa un respaldo y aprecio por el trabajo que hemos realizado y es bonito que venga del entorno donde uno trabaja, un premio que entrega la I. Municipalidad de Concepción. Es un reconocimiento al trabajo que hemos hecho todo este tiempo y, que es fundamentalmente, entender la biodiversidad que tenemos de plantas en Chile y, en particular, las de las montañas, conocer cuáles son las amenazas que tiene esa biodiversidad. Entonces es reconfortante tener ese respaldo.

Dr. Lohengrin Cavieres junto al alcalde Álvaro Ortiz. Crédito: Margarita Marchant.

-Y si nos enfocamos en su trabajo propiamente tal ¿cómo se podría resumir el trabajo de todos estos años, su trayectoria en cuanto a investigación y productividad científica?

Es difícil la pregunta, porque uno hace muchas cosas, pero la columna vertebral de nuestro trabajo tiene que ver con entender cómo hacen las plantas que viven en la montaña para vivir en un ambiente de esas características. Cuando uno va estudiando eso, primero, va comprendiendo la importancia que tienen esas plantas para la humanidad y, segundo, lo vulnerables que están frente a distintos agentes de cambio ambiental.

La montaña queda lejos y muchas personas piensan que, por ejemplo, nosotros que vivimos en Concepción no deberíamos preocuparnos por eso, pero están completamente equivocados, porque servicios tan importantes como el agua dependen absolutamente de lo que pasa en la montaña y no solo de la cantidad de nieve que precipite, sino que cómo esa nieve se derrite y cómo esa nieve se acumula. Y es ahí donde las plantas juegan un rol fundamental, ya que sin plantas no se acumularía lo mismo, no se derretiría a la misma velocidad o tendríamos desastres a cada rato y esto no ocurre precisamente porque hay plantas. Entonces, es clave entender cómo es que las plantas pueden vivir ahí, porque eso nos da dando pistas de qué podría pasar si es que las condiciones ambientales siguen cambiando y, asimismo, qué es lo que puede pasar si es que nosotros como humanidad seguimos interviniendo en el sistema a la velocidad y a la magnitud con la que lo hacemos hoy en día.

-¿Cuánto cree que falta para educar a la población sobre estos temas, para que se tome conciencia acerca de la importancia de estas especies?

Falta mucho pero, por eso yo siempre digo lo mismo, el panorama es auspicioso porque vemos que las nuevas generaciones entienden mejor estos temas. En mis hijos, por ejemplo, rara vez vi contenidos de Ecología, de apreciación de la biodiversidad mientras ellos estaban en el colegio. En cambio, hoy en día los/las escolares sí tienen esos contenidos y los aprecien más. Entonces, ahí hay una luz de esperanza de que las nuevas generaciones tengan una visión más profunda respecto de la importancia de lo natural. Obviamente hay muchos aspectos que todavía desconocemos y, por lo tanto, es importante generar información al respecto, tanto para educar como para que esos datos estén a disposición de los tomadores de decisiones, que también son un ente fundamental en cómo vamos a lidiar con todos estos cambios que estamos viviendo y que se nos vienen para más adelante.

-¿Qué rol ha jugado en su trayectoria científica el Instituto de Ecología y Biodiversidad?

Ha sido fundamental en nuestra investigación y en nuestro desarrollo integral. Soy uno de los fundadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad, he estado como investigador principal desde el comienzo y ha sido muy gratificante ver que hemos llegado hasta esta siguiente etapa, en la cual el cuartel general se movió acá a Concepción bajo la dirección del profesor, Dr. Aníbal Pauchard de la Facultad de Ciencias Forestales UdeC. Esto ha ocurrido fundamentalmente porque el trabajo que estamos realizando actualmente en la Universidad de Concepción es un trabajo que es valorado por los colegas y eso permitió mover la dirección hasta la UdeC y que Aníbal asuma el liderazgo del IEB, es un reflejo de eso. Para responder a tu pregunta, todos los trabajos que hemos realizado en el marco del IEB han sido fundamentales para el desarrollo de nuestra investigación. Sin el IEB obviamente no estaríamos haciendo lo mismo que estamos haciendo, ni tendríamos la cantidad de cosas que hemos podido hacer durante estos ya 15 años.

Imagen de investigación en terreno en un ecosistema de alta montaña. Fotografía: Patricia Sáez.

-En todos estos años, ¿hay alguna publicación o algún estudio que tenga especial significado para usted? ¿Cuál ha sido ese estudio que ha marcado su ruta?

Hay dos. El primero tiene que ver con los estudios que realizamos relacionados con la interacción de facilitación entre plantas de montaña. En el año 2006, publicamos un trabajo donde a diferencia de lo que se sabía en ese entonces demostramos que en las montañas de zonas semiáridas, como ocurre aquí en Chile central, las interacciones de facilitación son importantes tanto en alta elevación, como era lo que se sabía, pero también en baja elevación y, si bien los mecanismos estaban relacionados con las bajas temperaturas de la cima de la montaña, en nuestras montañas las relaciones de ayuda mutua entre especies tienen que ver con la provisión de agua. Entonces, las especies que son capaces de retener la humedad del suelo por más tiempo son muy importantes para ayudar a que otras especies permanezcan en el sistema, cuando el sistema se seca. Fue muy reconfortante demostrar que las cosas no son tan blanco y negro como muchas veces se ven. Estas montañas son muy especiales, precisamente por ese fenómeno, y cuando logramos publicar eso fue un trabajo muy bien recogido y muy citado en la literatura científica.

El segundo, que se relaciona con el primero, fue publicado en el año 2014, cuando publicamos un trabajo con datos colectados en distintas montañas del mundo, gracias a una red de colaboración que formamos con otros colegas. Ahí pudimos mostrar y demostrar que estas interacciones de cooperación son claves para mantener la diversidad en casi todas las montañas del planeta. Por lo tanto, cuando se estudian los posibles impactos del cambio climático con los posibles impactos de las especies invasoras y distintos agentes de cambio es muy importante tener en cuenta que las especies no siempre compiten, sino que a veces se ayudan y que mientras más estresante o más complicado es el ambiente, afloran con más frecuencia estas interacciones de facilitación entre las especies. Esos son los dos trabajos que me han dejado más satisfecho y contento, ya que la comunidad en general los ha acogido como contribuciones importantes.

-Respecto a su trabajo en la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas. ¿Cómo lo visualiza usted? ¿Qué asignaturas dicta? ¿Cuál es su equipo de trabajo?

Partamos por la docencia, yo dicto el curso de Biogeografía, que es un curso obligatorio para estudiantes de la carrera de Biología. Llevo como 20 años haciendo el curso y estoy muy contento por la posibilidad que tengo de interactuar con estudiantes de pregrado. Si bien es cierto que los /las estudiantes llegan “maleados” en el sentido de que ya en el último año de la carrera ya se han definido por algún área y, en ese sentido, me habría gustado haberlos tomado un poco antes, intento mostrarles que la Biología en general y la Biogeografía, en particular, son ciencias que integran conocimientos. Les hago mucho hincapié en que los biólogos/as tenemos que conectar lo que aprendemos en Biología Molecular con lo que hemos aprendido en Genética y en Ecología y con lo que estoy aprendiendo en Biogeografía, que es un continuo, y cuando uno tiene claro eso es mucho más fácil entender y explicar los fenómenos que nos rodean. Por eso me gusta esa docencia. También hago clases en los postgrados del programa de Doctorado en Sistemática y Biodiversidad y en el Magíster en Ciencias mención Botánica. Asimismo, colaboró con los programas de postgrado de la Facultad de Ciencias Forestales.

Mi equipo de trabajo aquí en la FCNO son mis ayudantes y los alumnos de pregrado, que son finalmente quienes hacen posible todo lo que hacemos. Afortunadamente, he tenido la suerte de formar buenos equipos de trabajo con gente de otras instituciones y eso también es muy entretenido, porque uno conoce otras realidades y eso permite que otros grupos surjan.

Agradezco especialmente a mis colaboradoras, Alicia Marticorena, Graciela Valencia y Maritza Mihoc, así como a mis colegas Dr. Aníbal Pauchard (Fac. Cs. Forestales, UdeC), Dr. León Bravo (U. de la Frontera, Temuco), Dra. Frida Piper (U. Talca, Talca) y Dra. Patricia Sáez (Fac. Cs. Forestales, UdeC) con quien llevamos varios proyectos conjuntos. Con este tipo de gente da gusto trabajar y cuando a uno le gusta trabajar eso trae consigo este tipo de consecuencias: que a uno le vaya bien.

-¿Qué le dijo su familia cuando se enteraron que usted se adjudicó este galardón?

Están contentos y esperando que hagamos una celebración. Es reconfortante llegar hasta este punto de la carrera donde, como te decía, todo lo que hemos hecho lo hacemos con un afán de simplemente conocer cosas, de que se releve la importancia de lo que hacemos, pero nunca buscando premios ni nada por el estilo, sino que es un trabajo que uno lo hace con mucha pasión y cuando llega un reconocimiento como este es un refuerzo que dice que lo que uno hace es importante y, por lo tanto, para la familia también lo es, pero eso nada más.

De izq. a der.: Dr. Eduardo Ruiz, director Departamento de Botánica FCNO-UdeC; Dra. Andrea Rodríguez, vicerrectora de Investigación y Desarrollo UdeC; Dra. Sofía Valenzuela, SEREMI CTCI Macrozona Centro Sur; Dr. Lohengrin Cavieres, Premio Municipal de Ciencias 2022; y Dra. Margarita Marchant, decana Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas UdeC. Crédito: M. Marchant.

Para leer más detalles acerca de los Premios Municipales 2022, ver nota de Diario Concepción.

Crédito de la fotografía de portada: Carolina Echagüe, Diario Concepción.