Se trata de dos proyectos financiados por el Programa del Comité de Desarrollo y Fomento Indígena, iniciativa de CORFO y CONADI del Ministerio de Desarrollo Social, para promover el desarrollo socioeconómico de Pueblos Originarios a partir de mejoras en el acceso a financiamiento de proyectos productivos de desarrollo indígena, que en este caso, impulsará el cultivo sustentable de truchas con comunidades indígenas de Carahue y Lleu-Lleu.
Las comunidades indígenas José Painekura de Hueñalihuen en la comuna de Carahue, Región de la Araucanía y la Comunidad Nicolás Calbullanca de Lleu-Lleu en la comuna de Cañete de la provincia de Arauco serán las beneficiadas por estos innovadores proyectos multisectoriales que comprometen a diversos actores.
La iniciativa es impulsada por biólogos marinos del Laboratorio de Piscicultura y Patología Acuática (LPPA) del Departamento de Oceanografía de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas (FCNO) de la Universidad de Concepción, quienes hace más de un año vienen desarrollando una línea de trabajo intercultural con diversas comunidades de las regiones del Biobío y Araucanía –principalmente- a través de transferencia técnica, capacitaciones y asesorías.
“Dentro de nuestras líneas de trabajo está el fomentar la colaboración de la Universidad con las comunidades. Es una instancia que no es fácil, ya que hasta hace un tiempo en las universidades estábamos enfrascados en nuestro conocimiento, pero la idea justamente es llevar ese conocimiento a la comunidad y ésta es una muy buena instancia para poder trabajar con las comunidades indígenas y ser un aporte concreto a su desarrollo”, dijo la Decana de la FCNO, Dra. Margarita Marchant.
Asimismo, participarán activamente las organizaciones indígenas, que están de acuerdo con el diagnóstico sobre la necesidad de diversificar la matriz productiva de sus familias. Dichas comunidades fueron contactadas gracias a la gestión intercultural de la consultora Originaria Ltda., socio estratégico que posee el conocimiento del territorio y dirigentes indígenas, funcionando como entidad articuladora de estos proyectos.
Por su parte CORFO y el Ministerio de Desarrollo Social actúan como financistas iniciales y patrocinadores de la iniciativa –respectivamente- la que en una etapa final también contempla la vinculación con empresas de la zona que actúen como poder de compra de la producción de truchas de las comunidades.
El resultado final será la producción sustentable de truchas mediante piscicultura de ciclo cerrado, que se traducirá en una nueva fuente de ingresos para las familias indígenas, impactando directamente en el desarrollo de sus comunidades.
En el lanzamiento de estos proyectos visitaron el Campus Concepción de la UdeC dos delegaciones de las comunidades de José Painekura de Hueñalihuen y Nicolás Calbullanca de Lleu-Lleu, donde fueron recibidos por la Decana de la FCNO, el equipo gestor de Originaria, el equipo LPPA, líder de la iniciativa; y el Director de Vinculación Social de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio (VRIM), Rafael Figueroa, quien felicitó la iniciativa y comprometió el apoyo de la VRIM a estos proyectos.
“Seremos un puente para que esto camine como proyecto y que se sepa en la comunidad en general. Esta iniciativa cuenta con el apoyo formal de la VRIM para impulsarla y ser un puente bidireccional”, aseguró Rafael Figueroa.
Iniciativa UdeC
El equipo UdeC es liderado por el director del LPPA, Dr. Ariel Valenzuela, junto a su staff compuesto por los biólogos marinos José Miguel Araya y Niza Agurto, además del administrador, Francisco Arriagada y el ingeniero en Acuicultura, Jean Paul Arroyo, entre otros miembros.
Este equipo multidisciplinario viene desarrollando un trabajo de largo aliento con las comunidades, que se viene ejecutando desde hace un año a través de cursos de capacitación en sistemas de recirculación de agua y cultivo de truchas, que incluyó clases teóricas en la UdeC, visitas al Laboratorio Húmedo del LPPA y a la Piscicultura Pangue, donde los comuneros pudieron interactuar con las especies en cultivo.
“La ventaja que tiene el sistema de recirculación de agua es que no es destructivo, es decir, antes de botar el agua la vamos a tratar casi en su totalidad y la cantidad de agua que ocuparemos será mínima. No es un sistema de cultivo tradicional abierto, sino un sistema que involucra más tecnología”, explica el director del Laboratorio de Piscicultura y Patología Acuática (LPPA), Dr. Ariel Valenzuela. “Por eso llevamos un año enseñándoles a usar esta tecnología, para que la puedan aplicar en sus comunidades. No es un centro de cultivo de flujo abierto, que sí tiene un impacto negativo sobre el ecosistema. Por el contrario, este sistema tiene un impacto muy reducido, que quizás no va a ser extremadamente productivo, porque estamos hablando de una escala artesanal, pero sí va a ser útil y acorde con su cosmovisión y su forma de ver la sustentabilidad ambiental”, agregó.
El desarrollo de los proyectos implica un periodo de seis meses de capacitación a partir de marzo, seguido de una segunda etapa de instalación de un centro de cultivo en terrenos de ambas comunidades. Dichos centros serán financiados por CORFO, durante dos años, para seguir funcionando durante un tercer año de manera sustentable, pero siempre asesorados por los especialistas UdeC.
En el caso de la comunidad en Carahue el proyecto incluye además desarrollo de Acuaponia.
Estos proyectos son el puntapié inicial, que luego abrirá una serie de posibilidades para estas comunidades.
En la fase inicial, la iniciativa contempla un financiamiento de 35 millones de pesos por cada comunidad, principalmente destinado a la evaluación de la factibilidad real de implementación. Sin embargo, en la segunda etapa, el financiamiento podría elevarse entre los 300 a 500 millones, dependiendo de las características de cada lugar y proyecto destinado a cada comunidad.
Proyecto sustentable
La comunidad José Painekura de Hueñalihuen está compuesta por más de 50 familias. Muchos salen a la mar para ganar su sustento, otros salen de la comunidad para trabajar como temporeros y mantener a sus familias. Otros se dedican a la pequeña agricultura, la cual es sólo para su sostén, donde el agricultor cosecha y obtiene ganancias sólo una vez al año. Algo similar ocurre con la recolección de cochayuyo.
“A mí me parece bien. Estamos empezando con un proyecto y es un proyecto chico, pero que va a tener un avance y va a salir bien, porque yo he participado y entiendo cómo funciona el mantenimiento y el cuidado de esos bichos. Yo sé que nos va a resultar”, asegura el Lonco de la Comunidad José Painekura de Hueñalihuen, Florindo Painekura. “La idea es que sea sustentable, y yo lo veo bien, porque todo se utiliza y reutiliza, por ejemplo, de ahí se saca el abono para hacer hortalizas y eso es bueno. Y una vez que nosotros lo hagamos y demos el ejemplo, otros se van a interesar también”, agregó.
A futuro la comunidad espera conseguir otros proyectos similares que impulsen la ganadería y les ayuden a materializar un embarcadero en Hueñalihuen.
Respeto por el territorio
La Comunidad Nicolás Calbullanca de Lleu-Lleu en la comuna de Cañete está integrada por más de 150 familias. Se trata de una comunidad grande que mantiene viva su cultura. Actualmente viven del cultivo de hortalizas, de la ganadería y la artesanía como sus principales fuentes de ingreso, pero además muchos de sus miembros deben migrar de la comunidad a distintos lugares como Santiago, Concepción o la zona norte del país. “Ese es un beneficio directo de este proyecto: cómo nosotros somos capaces de mantener a nuestros niños y cómo orientamos la educación a nuestras necesidades y las de nuestro territorio. Eso es lo que hemos conversado y analizado como comunidad”, dice el Presidente de la Comunidad Calbullanca, Eladio Linco.
“Hoy día nosotros estamos en contra de las grandes salmoneras por la contaminación y todo lo que eso conlleva. Por eso no queremos ser contradictorios con nuestro discurso. Entonces le dimos hartas vueltas, investigamos mucho, para poder decir nos unimos a esto. Y cuando está detrás una universidad entendemos que eso es mucho mejor porque hoy día los proyectos que llegan a nuestras comunidades son asistencialismo y eso no es desarrollo” explica el Presidente de la Comunidad Calbullanca, Eladio Linco. “En el caso de este proyecto hablamos de recursos y trabajo bien orientado y bien elaborado. Por eso creemos que esa es la señal que el Estado y el Gobierno deberían seguir hacia adelante, tomando en cuenta la deuda histórica que tienen con las comunidades. Si logramos la autonomía económica a través de un proyecto como el de esta naturaleza va a ser mucho más llevadero para nosotros como comunidades”, recalcó.